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El hogar conectado, tras años de ser una promesa, ya es una realidad materializada en forma de soluciones tangibles que facilitan las funciones de los hogares en áreas tan diversas como la iluminación, los automatismos, el ocio, la energía o la seguridad. El bienestar se trata precisamente de eso: de estar bien. Y los dispositivos conectados lo consiguen haciendo que los elementos cotidianos con los que interactuamos a diario funcionen de un modo inteligente, automatizado y con gestión remota.

En los albores del smart home, cada fabricante solía usar su propia plataforma de comunicación entre los distintos componentes conectados. Se trataba de soluciones cableadas en su mayor parte, y con sus propias aplicaciones y sistemas de control. Ahora, la tendencia es que los dispositivos se conecten de manera inalámbrica usando sus propias aplicaciones de control, pero también con capacidad para integrarse en plataformas “genéricas» tales como Alexa o el asistente de Google.

Características:
  • Los productos Philips Hue funcionan con una gran variedad de dispositivos inteligentes diferentes. Puedes conectar el sistema con asistentes de voz, sensores de seguridad, soluciones de entretenimiento, plataformas como IFTTT, etc.

Integración e interoperabilidad

Por encima de la integración tenemos la interoperabilidad de dispositivos. De hecho, es una buena recomendación optar por dispositivos para el hogar conectado que, precisamente, puedan integrarse en plataformas de otros fabricantes.

Por ejemplo, si nos fijamos en el sistema de iluminación inteligente Hue de Philips, encontramos que puede integrarse tanto con Alexa, Apple HomeKit o el asistente de Google, así como con las plataformas smart home de fabricantes como Samsung, Nest, Razer o Logitech, o con sistemas de automatización como IFTTT.

Para beneficiarnos de esta integración, lo ideal es tener algunos de los altavoces inteligentes que permiten interactuar mediante la voz con estos asistentes, ya sean Amazon Echo, Google Home y Home Mini o Apple HomePod. Por supuesto, también podemos usar el asistente en nuestro smartphone.

La interoperabilidad es lo deseable, especialmente si pensamos que no todos los fabricantes pueden ofrecer todo el repertorio de dispositivos para el hogar conectado y que los usuarios tienen el derecho a elegir qué comprar sin estar obligados a quedarse con una marca concreta.

Volviendo al ejemplo de Philips Hue, los dispositivos conectados que tiene pasan por sistemas de iluminación, sensores de movimiento, interruptores o bridges, pero en su catálogo no encontramos detectores de humo, cámaras ni electrodomésticos que sí ofrecen compañías como Nest o Samsung y con los que el Hue es compatible. Como consecuencia, el usuario puede crear un ecosistema multimarca completo y perfectamente operativo.

IFTTT, la nube en acción

Si nos animamos a hacernos con uno o varios sistemas domóticos, que sean compatibles con IFTTT es otra de las recomendaciones. IFTTT (If This Then That) permite definir reglas, crear alertas o “disparadores” para nuestros dispositivos conectados en el hogar. Así, es factible provocar que se encienda una bombilla Hue cuando recibimos un email de una persona concreta, o que parpadeen las luces al detectar correo nuevo.

La flexibilidad de IFTTT es enorme y hace posible que creemos nuestras propias “recetas” usando como ingredientes los dispositivos que queramos implicar en las acciones automatizadas y programadas. Estos ingredientes pueden ser servicios de email como Gmail, tuits de Twitter o cualquier hardware conectado a Internet, incluyendo los móviles. En este contexto, podemos definir una regla que haga que las luces Hue se atenúen cuando nos llega un mensaje de texto.

Los sensores, los primeros en actuar

Otro de los componentes que forman parte de la espina dorsal de un hogar conectado son los sensores. En este caso, podemos mencionar sensores para la seguridad del hogar, como los que detectan fugas de agua, humo o gases nocivos como el monóxido de carbono; o termostatos que permiten gestionar los sistemas de calefacción y aire acondicionado.

Como ejemplo para esta categoría también tenemos sensores de movimiento como los de la familia Philips Hue, con modelos para exteriores e interiores, que desatan acciones como el encendido de luces. Por su parte, Nest, especializada en termostatos y detectores, dispone de sensores que posibilitan activar alarmas o enviar mensajes automáticos a emergencias o a los propios usuarios. Y SmartThings, de Samsung, cuenta con sensores de movimiento aptos para instalarse en puertas o ventanas.

Con los sensores, como con cualquier otro dispositivo smart, nuevamente es importante la integración. Así, los sensores Nest y las soluciones SmartThings permiten integrar las luces Hue de Philips, de modo que, en caso de detección de humos o intrusiones, se activen escenarios de iluminación definidos para tal situación.

Seguridad conectada

La seguridad es otra de las “patas” de un escenario doméstico conectado. Las cámaras de vigilancia son uno de los componentes que encontramos con más frecuencia. En este segmento, es conveniente elegir modelos con detección de movimiento, así como con la posibilidad de conectarse con nuestros móviles o con el correo para avisarnos acerca de posibles intrusiones.

La integración con IFTTT es aconsejable igualmente. Sin ir más lejos, las cámaras D-Link pueden conectarse con luces Philips Hue para recrear efectos de luz si detectan movimiento frente a ellas con solo una receta IFTTT.

Existen cámaras para interiores y exteriores, tanto estáticas como motorizadas, e incluso con ópticas de tipo gran angular. También es interesante que presenten conectividad PoE, que lleva la alimentación a través del cable de red. Con todo, lo habitual para el hogar será que la conexión sea inalámbrica.

De otro lado, las cerraduras están cobrando mayor protagonismo en este capítulo de la seguridad. Xiaomi ha presentado la suya propia bajo el nombre de Sherlock, aunque de momento no parece estar disponible en nuestro país. Es un tipo de producto que en Asia está ya asentado, pero que en Europa aún no se adopta de forma generalizada.

Estas cerraduras pueden abrirse con un código o mediante sensores biométricos como el lector de huellas. La clave está en ser capaces de abrir y cerrar el hogar a distancia, con la posibilidad de identificar a los visitantes o los intrusos a través de, por ejemplo, cámaras de vigilancia integradas en el ecosistema del hogar conectado.

Por supuesto, hay que ser especialmente cuidadosos con los sistemas de acceso. Se trata de evitar que terceras personas averigüen el código de entrada o entren en el streaming de vídeo de nuestra cámara sin consentimiento expreso, por ejemplo. Asimismo, conviene prestar mucha atención a la gestión de los los grupos de personas con acceso y las franjas horaria previstas.

Iluminación: el lenguaje de la luz

Las posibilidades que abre el hogar conectado al uso de la luz de formas creativas son múltiples y entran dentro de ámbitos como la decoración o el entretenimiento pasando por la seguridad. En este último caso, cabe la posibilidad de usar la conectividad de las luces para simular que estamos en casa aunque no sea así. También se puede usar la iluminación para mostrar señales de alarma o notificar un estado anómalo de algún elemento del hogar.

Otros usos de la luz conectada e inteligente entran dentro de la interoperabilidad entre plataformas y servicios. Como apuntábamos antes, es factible hacer que las luces reflejen la llegada de mensajes de correo o de otras redes sociales. Hue de Philips permite este tipo de interacciones gracias a su elaborada integración con otras plataformas.

La gestión de un número elevado de puntos de luz, sensores, cámaras o cualquier otro elemento del hogar conectado a través de un mismo controlador o bridge es una buena cosa. Se necesitan sistemas robustos que faciliten la conexión de múltiples dispositivos. En el caso del sistema Hue de Philips, un único controlador permite gestionar hasta 50 dispositivos.

Ocio digital integrado en el hogar

Otra tendencia es la de llevar el ocio al ámbito del smart home. Una forma de hacerlo es enlazar los equipos donde solemos jugar con nuestros videojuegos favoritos a altavoces inteligentes o sistemas de iluminación como Philips Hue.

En este aspecto, Razer, empresa especializada en equipos y accesorios gamingcon sistema de iluminación integrado, extiende su campo de acción a la familia Hue de Philips. De esta manera, es posible recrear efectos de iluminación a medida y en sincronía con los juegos o los contenidos que estemos reproduciendo en el ordenador.

Esta extensión de la domótica al ocio ha estado liderada por empresas como Philips con su tecnología Ambilight que extendía la experiencia de ocio multimedia al salón gracias a la iluminación de los televisores de esta gama. Ahora se va un paso más allá combinando las luces Hue con la reproducción multimedia o el gaming. La aplicación Sync es la que, de forma genérica, integra en el sistema Hue las tonalidades y los efectos de los contenidos (vídeos, fotos o música entre otros).

Otra posibilidad para incorporar la luz en la experiencia de uso del ordenador es elegir un monitor como los de la familia Momentum de Philips, preparados para gaming y con la tecnología Ambiglow. De un modo similar a Ambilight de los televisores, monitores como el Momentun 436M6VBPAB de 43″ muestran efectos de iluminación sincronizados con las tonalidades de lo que se ve en la pantalla. De este modo, extendemos la ambientación al entorno del espacio de trabajo o de ocio de un modo natural, ya se trata de una foto, un vídeo o un juego lo que estemos viendo en el monitor de gran formato.

Electrodomésticos que «nos hablan»

Los electrodomésticos han conseguido finalmente integrarse en el smart home de un modo sensato y natural. Plataformas como SmartThings han logrado que lavadoras, neveras, televisores o altavoces, entre otros, se puedan gestionar desde una app de una manera sencilla y transparente. Además, son capaces de «hablarnos» para advertirnos sobre la finalización de un lavado o la necesidad de llenar la nevera.

Los electrodomésticos conectados que hay que buscar son los que, lejos de la floritura, se quedan con lo básico pero lo hacen bien. Más aún, los que permiten integración con otras plataformas, como SmartThings y Philips Hue, lo cual hace factible usar las luces como elemento para mostrar el estado de los electrodomésticos.

Otros componentes

A medida que el hogar conectado cobra protagonismo en las listas de deseos de los usuarios, los dispositivos y los fabricantes de los mismos aumentan. En este sentido, es clave velar por la integración y la interoperabilidad de los diferentes sistemas disponibles y asegurarse de que no tendremos que usar necesariamente una app o una plataforma para cada dispositivo de cada marca.

Entre otros componentes que empezamos a ver llegar al hogar conectado, tenemos los enchufes inteligentes que podemos encender o apagar desde una app o mediante reglas definidas a través de plataformas como IFTTT. También encontramos todo aquello que se pueda motorizar, como las persianas o las puertas. Una vez más, casi como un mantra, la integración y la interoperabilidad son irrenunciables para elegir los elementos que integremos en el hogar conectado.

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